28 de noviembre de 2011

Cuenta Regresiva

Hoy termina una de las fases mas importantes de mi misión en Suriname, profesionalmente hablando.  Empieza la cuenta regresiva, 18 días para mi partida, una fecha trascendente porque marca otro instante que se escapa y otra memoria que se crea.  Los recursos que aquí se han ido disipando van valiendo su peso en oro: las vivencias, los lugares y sobre todo las personas.


A pesar de que aquí todo ha sido relativamente divertido, hay cierto aspecto que muchas personas que nunca han estado aquí me preguntan con constancia, qué tiene este lugar de malo? qué cosas no funcionan allá? es todo bueno? 


Por curiosidad me hice la pregunta, y resultaron los siguientes maleficios:


1. Guerra racial.  Aquí las razas fuertes son los javaneses, negros e hindostanes y en una menor intensidad los chinos y brazileños.  Es muy marcada la aversión que tienen los javaneses por los negros y los brazileños, muchas teorías pasan por mi cabeza como por ejemplo que los brazileños estan metidos en dos negocios bastante turbios por aquí: el oro y la prostitución.  A cualquiera que se le presente esta combinación mortífera podría sufrir de celos, envidia y otro par de refrescantes sentimientos.  Esa es mi teoría, porque cuando pregunto a un javanés sobre un brasileño, la respuesta común es -- no me gustan los brazileños --, y por qué? -- no sé, pero no me gustan, son groseros y bulliciosos -- Y qué tal? es que así somos los latinos.  Las disputas con los negros pues no lo sé, no tengo la menor idea de qué trata la cosa, y hay temas que mejor es no preguntar tanto porque puede uno pecar de preguntón.


2. Imprudencia.  Si en algún momento algún lector ha sido partícipe de una sesión de manejo en Panamá, sabrá invariablemente del caos del que hablo, y es que en mi país la cultura del manejo es una cultura perdida, algo así como cantar en la ducha o ir a la Iglesia.  Sorpresa; Panamá, comparado con Suriname, es un paraíso para manejar.  Aquí la imprudencia al manejar es el estándar, eso de dejar que pase un cristiano primero que uno en una intersección es un sacrilegio, una ofensa al poco pulcro manejo de vehículos que se practica aquí.  Sin embargo, no mucha gente usa el pito del carro, es una total rareza, pero cuando en una intersección o paso bidireccional se forma un tranque, no se embestializan los conductores con tonadas disonantes de pitos.  Los conciertos alegóricos y totalmente infructuosos que se dan en Panamá, aquí no se dan.  Qué se yo, tal vez acá los carros no vienen equipados con pitos, pero la cuestión es que se intercambia el escándalo por la cortesía en el manejo.  Al menos la ley es estricta si atropellas a un motorizado, y eso crea cierto tipo de respeto entre las bestias al volante de sedanes o camiones y los motorizados y peatones, aun así se dan casi a diario muertes de motociclistas, pero es que a estos también, como a la mayoría, no les llegó la invitación a la repartición de modales.


3. Impuntualidad.  Sí, que también en mi Panamá se practica bastante de este modelo.  Pero joder, para un profesional que dependa del tiempo para su negocio, este es el nicho de la frustración y la universidad para sacar un máster en paciencia.  De 5 entregas, 6 llegarán tarde, sí, no existe el mínimo respeto por el tiempo ajeno.  No he podido llegar a una conclusión certera sobre el origen o causa de esta enfermedad, pero es abrumadora, tal vez sea como se manejan las cosas aquí desde tiempos milenarios, o tal vez se fue creando este procedimiento oscuro con el pasar del tiempo, sea cual sea, es una técnica bastante depurada.




Estas son a grandes rasgos las tres peores cualidades que encontré por acá.  Definitivamente las cosas aceptables superan con creces a las malas aquí, las anteriores mencionadas son perfectamente asimilables si se tiene un corte de paciencia y entendimiento.


Que pasan los días y no me aburro, y las letras fluyen unos más que otros.