25 de agosto de 2011

La Gran Mudanza

Finalmente me he mudado al Afobaka Resort.  Y que conste que de resort tiene poco, y de Afobaka tiene mucho.  El lunes fue el día que mi existencia debió reacomodar sus imanes para ajustarse a lo que ha venido sucediendo los últimos 3 días: problemas, problemas y más problemas.  Y qué sería yo sin ellos? Nada.


Desde la ventana de mi habitación he podido contemplar ya 3 amaneceres, y no es que me gusten los amaneceres tanto, es que en este lugar estás en un huso horario que aún no ha sido definido, los días y las noches no tienen distinción y mi organismo ha estado divagando en una completa carencia de rutina.


Es con todo y eso hermoso, frágil, y sobre tododenso... inmensamente denso.  En esta ciudad el tráfico lo componen cientos de especies que deambulan por todo el ecosistema que hemos invadido, los sonidos son los de una marcha incesante en donde se come y se  procrea.  Las ciudades son básicas, guturales y eficientes, y el mercado de procesos es gratis, se conforma en sí mismo.


Va a a faltar mucho espacio en mi memoria para poder recopilar todo este misterio.