Luego de ser participe de múltiples vueltas en círculo sobre el aeropuerto de Trinidad y Tobago, el piloto logró aterrizar bajo una fuerte lluvia. Me pregunto si el aprieta igual o mas que el resto de los pasajeros.
Aduanas de Trinidad siempre tan amable, retuvo a las tres colombianas que me precedian en la fila hacia el abominable cuanto famoso cuartito. El consenso general de el resto de los miembros masculinos de la cola (y hasta una que otra mujer) fue que si en algun momento eran solicitados a entrar al cuartito en ese instante, lo harían con mucho gusto y sin objeciones. Supongo que los cuerpos esculturales de las parceritas, ni los hipnotizantes aromas florales, tuvieron algo que ver con tan altruista comportamiento.
Otro dato curioso del vuelo fue la lírica del "asistente de vuelo" (que ya me putearon por llamarlos aeromosos) al la hora de la comida: " le invitamos a degustar un delicioso... emparedado de queso"!!! Lo juro, en ninguno de los vuelos que he tomado en mi vida, había sido testigo de tanto y tan vil cinismo.
Mi primera lectura del viaje fue Un Manual Para Ser Niño, de Gabo, excelente lectura la recomiendo. Ahora empiezo con La Suma De Los Diaz de Isa Allende, algo suave para entrar en calor.
Aquí esperare unas siete horas, con la esperanza de que cese el chaparron y baje la histeria.
