Sí, quiero estar un poco alejado de la tecnología, pero no sin computadora FEDEX. Así me desayuno hoy, sin la matutina lectura de las noticias ni los correos de mis amigos pobres. Resulta que mi laptop esta en algún lugar en Puerto Rico, gozando del ron o de las manos de alguna noble agente de aduanas, por consiguiente, cero fotos, y más faltas ortográficas escritas desde el androide, que pide a gritos una limpieza de pantalla. Por cierto, el androide es mi celular, y lo llamo de esa forma porque eso es lo que es, y tambien por otras razones que no puedo describir en este contexto.
Ya di mis primeras vueltas por el área. Es siempre intenso estar en un lugar desconocido, o conocido pero que no has visto en mucho tiempo. La ciudad recibe al viajero siempre con una sonrisa maléfica, y uno como engendro del sarcasmo, también rie. Muchas de las estructuras antiguas de los suburbios están siendo restauradas mediante algún programa de recuperación cultural (o gutural, todo depende de la hora del día), me gusta observar en los semáforos y tomar fotos, así que disfruto de la primera mientras con la cara arrugada tomo fotos desde el androide porque por supuesto, FEDEX, aun no ha hecho llegar la cámara de los megapixeles en esteroides. Así que sigo siendo puro tilín tilín, y nada de fotos.
Visité tambien la selva. Mi selva. La selva que ojalá y me acepte como su huésped en uno o dos meses. La encontré exquisita, más verde que otros días, y mas esbelta que nunca.
Esto de hacerme el humano me gusta. Así que voy a seguir leyendo esa prosa exhuberante de Isabel.